martes, 23 de junio de 2009

1769 Médico a domicilio

18:35 del Médico a Ng
Tenés planes hoy?

19:47 De Ng al Médico
Tengo una "hot date". Pero te llamo si no marcha?

22:59 del Médico a Ng
Sí, sí, más vale, si para eso te llamo.

03:33 de Kytar a Ng
Arrived home after a 40 min. walk. That wasn't enough, taking a cold shower now. (Ay, lo mismo por aca, guacho 'e miercole)

03:43 de Ng al médico
¿Despierto? (una palabra apenas, pero tanto significado!)

03:44 del Médico a Ng
Sí, y vos qué onda?

03:50 de Ng al Médico
Tengo ganas de tomarme una cerveza con vos, pero lejos del chusmerío de la casa.

03:54 del Médico a Ng
A mí también me gustaría. ¿Dónde estás?

04:27 del Médico a Ng
Estoy abajo.

Este breve intercambio ha de iluminar varias cosas. Por un lado, la voluntad del hombre argentino de complacer, mismo si implica comerse media hora de caminata a mitad de la noche. Esto sí hay que reconocerle a ese hombre del cual tanto me quejé en otro post. Podrá no entenderme, podrá querer cambiarme, pero como dijo un grande, amigo de un gran amigo, un trago y un polvo no se le niegan a nadie. Por el otro, la fidelidad de Ng a sus objetivos. Se porta como una señorita bien y no entrega con la cita, mismo si implica tener que hacer un llamado al servicio de urgencia domiciliaria. Y por el tercer lado, por atrás me imagino, el valor del mensajito, tan manipuleado por un tal CJ amigo de Dinga, quien no conocía su valor o por lo menos lo desvalorizaba al enviar, a intervalos más o menos regulares, un "qué tal?" Así, no. "Despierta?", sí, pero "qué tal" ¿para qué?

En otro orden de cosas, entre esa noche de sábado y hoy, me armé de valor y toleré dos citas más, las dos muy placenteras, sin ceder a mis objetivos. Pero el guiso ya está casi listo, y el señor guisante (que se me haga la boca a un lado!) será esperado en toda mi entreguitud, posiblemente, el viernes. El viernes tiene que ser, porque el sábado recurre el profesor, venido de Londres donde está enseñando, a ver si el cielo parisino le regala una veinteañera como la noche lafayetteana. A mí me parece que no va a tener suerte, aunque tampoco pongo todas mis fichas en mi honor, tan dado a mancillarse.

lunes, 8 de junio de 2009

Contra los estereotipos

Si uno piensa en un francés, el saber común indica que son olorosos, grandes amantes, y un tanto rudos. De lo primero doy fe parcial - una fe confinada al subte. De lo segundo, no puedo aún hablar. Pero lo tercero es falso, verdaderamente falso. Doy tres ejemplos relevantes a este blog.

Primero, el piropo, que en Argentina lo asociaba con "te pongo una manzana en la boca y te chupo hasta que salga cidra" (e.g., desconocido, costanera 2004), "qué linda baldosa" (¿qué baldosa?, preguna una tontamente) "la que refleja tu chacon rosa" (e.g., Mariano platense, 1996), "cuánta carne!!!!" (Carol N, p.c.). Aquí, se vuelve, en cambio, un acto de respeto. He escuchado "vous etes charmante" (=usted es encantadora), "vous etes super-belle. Est-ce que vous avez un copin?" (=usted es super bella. ¿Tiene novio?"), y otros similares. Destaco de esta limitada muestra un patrón evidente: el uso del "usted" y la ausencia de referencia a la carne (o sus cortes).

Segundo, una vez conocido el desconocido, la invitación a salir. Adjunto como muestra un mensaje que llegó a mi celular hace poco (traducción literal): "Fue muy interesante hablar con vos ayer. Yo estaría muy feliz de que nosotros pudiéramos charlar de nuevo, en torno de un vaso (de vino? de leche? - Ng) o de una buena comida. Si estás disponible próximamente, déjamelo saber." Nótese el uso del subjuntivo, sobre todo si se es Dinga. ¡Qué distancia de "nos juntamos a tomar una birra, ¿dale?"!

Y finalmente, hasta para robarte (o violarte, vaya uno a saber). Me siguió un flaco el otro día cuando yo entraba a mi nueva casa a la madrugada. Me detuve a sacarme los tacos antes de enfrentar los tres-pisos-sin-ascensor. Esto fue afortunado, porque pude verlo hacer el intento de entrar. Empujé la puerta diciendo "no". No lo dije muy fuerte, ni de manera violenta; pero aun así el buen hombre se disculpa: "Desolé", masculla, y se va. Me sonreí en la oscuridad. Ésa es una verdadera muestra de gentileza. No se imponen ni para afanarte.

Qu-est-ce que c'est "dating"? (=¿qué carajo es "dating"?)

Me di cuenta, después de mucho hincharla a Dinga con lo mismo, de que yo nunca he "dated". Ese proceso por el cual uno sale a tomar un café, a comerse una hamburguesa (de soja), a dar un paseo un domingo, sin haber entregado (o tener la intención de entregar próximamente) me es por completo desconocido. ¿Cómo cambiar un patrón tan evidente de "cut to the chase"? Tengo dos auto-consejos, y estoy abierta a los suyos.

Ignorar el deseo de resolver ya. Me pasa bastante (este... siempre) que evalúo a los flacos en dos minutos. Si a los dos minutos me aburrí, y/o no me atraen, digo chauhastaluego. Por el contrario, si hay algo de atracción, digo querésconvertirteenmiparejaestableportiempoindeterminadoysinsentimientosdepormedio. Cualquiera de los dos caminos excluyen el lento conocerse que ocurre cuando uno comparte una peli o una buena comida. En parte, mi lado yanqui (que lo tengo, no les quepa duda - NOTA AL PIE 1) quiere cut to the chase: ¿para qué hacemos todo el preámbulo, si lo único que nos interesa es darnos? En parte es también mi lado ADD (=síndrome de falta de atención): me *a-bu-rre* hacer el racconto de mi vida, escuchar el tuyo, cuando siento que lo importante está en otro lado. Pienso que mi hermana C estaba enfilando para el mismo lado cuando preguntaba, antes de acceder a bailar (otra época!) "¿Conocés a Quinquela Martín?" Claro que, cuando ella me contó esto, yo no conocía a Quinquela Martín, así que habría reprobado el test, e igualmente podrían reprobarlo mis co-pretendientes. En todo caso, mi auto-consejo es: piano piano, entuavía no nos encamamo.

Demostrarse como una señorita bien. Así como la señorita del garche no debe quedarse a dormir (), la señorita bien no debe entregar a la primera cita. Por supuesto, después de tantas semanas de desierto, es difícil decirle que no al agua, así como sea turbia. Así que mi auto-consejo aquí es: tener uno mientras se prueba otros. Sólo puede uno degustar cuando ya no tiene hambre. NOTA AL PIE 2 (Me pregunto qué estará haciendo el médico argentino que me arrastraba el ala... NOTA AL PIE 3)

NOTA AL PIE 1: Me acordé, redepente, de un cumple de Caro A., ¿te acordás?, en el que yo hablaba de mi imposibilidad de cortar a lo bueno. Estaba allí un amigo (un poco turbio) de Caro, que estaba absolutamente shoqueado de que (a) yo dijera estas cosas, y (b) dado que las decía, no consiguiera un co-encamante. Se ve, entonces, que esto existía pre-USA (o post-uso, no sé), así que quizás no debería decirme que estoy yanquizada. ¿No?

NOTA AL PIE 2: El tema del pre-sex-dating, sin embargo, conecta con algo que la China y yo compartimos como precepto: dating muchas veces conduce a estimar al co-pretendiente, y encariñarse con él. A atribuirle sentimientos y necesidades. A considerar sus acciones bajo la luz de estos sentimientos, y, con ello, justificar, perdonar, y olvidar los propios sentimientos y necesidades. Ejemplo: salís con alguien por dos meses. Momento cúlmine, y el muchacho se desconcentra. Te dice "lo que pasa es que estoy nervioso". Bueno, perfecto, uno perdona y reincide, y reincide, y el problema no se soluciona. No recuerdo, en este momento, algún caso relatado o propio en el que el problema sí se solucione. Y una ya se enganchó y se lo banca... y se lo sigue bancando... ¿Duro? Para una sí, para el otro sigue blandengue.

NOTA AL PIE 3: Ahí le mandé un SMS. A ver si pica. Picó. Bueno, queda para la próxima.