miércoles, 30 de marzo de 2011

AJ, el cancherito

Debo aclarar, que AJ el cancherito, es Llorente. AJ es su verdadero nombre, o mejor dicho, sus verdaderas iniciales, el se presentó así y yo nunca supe el nombre. La China lo bautizó Llorente, haciendo una referencia casi exclusiva para l@s lector@s rosarinos, refiriéndose al tan mentado programa el show de AJ, conducido por la celebridad local Alberto J Llorente.
Llorente fue (si mal no recuerdo) la tercera cita que surgió de la tienda online. Luego de no mucho intercambio cibernético, él propuso encontrarnos para un café, y yo, acepté, sobre todo porque en sus fotos se lo veía muy buenmozo (chupate esa mandarina, el termino que te uso).
Tampoco me acuerdo muchos detalles previos al encuentro, pero cuando nos encontramos (un sábado a la tarde), confirmé el buenmozismo. Llorente era alto, esbelto, flaco, lindo de cara, lindo estilo para vestir, es decir, aspecto físico: ganaba.
Pero perdía con lo otro…
Llorente llegó, se sentó, no se sacó la campera, y durante toda la conversación (que más que conversación fue un interrogatorio) mantuvo una actitud así como de “estoy acá para entretenerte la tarde, te hago el favor de congraciarte con mi presencia”. Como decía, me hacia preguntas, y yo respondía, hasta que en determinado momento dijo: hay algo que quieras preguntarme. Y yo, que no había traído el cuestionario preparado, quedé medio balbuceando, ya que justo justito en ese momento, no se me venía nada a la cabeza. No era lentitud de mi parte, creo, por el contrario, que mientras Llorente hacía preguntas y yo respondía, mi interés iba decayendo y ya que la conversación no se daba como una conversación normal, sino más como una presentación de antecedentes y lectura de CV, yo no pude emular el formato que el había decidido que la charla tuviera.
Llorente me cayó mal, pero le di crédito porque era lindo. Muy cancherito, muy pagado de sí mismo, muy mirando su teléfono y texteando mientras hablaba conmigo.
Volvió a comunicarse 1 semana después, y nunca me quedó claro cual era el punto de la llamada…viste esas llamadas que se nota que tenían un objetivo, ya que no eran llamadas “para charlar” pero al final el objetivo no se manifiesta y a vos te queda patinando el embriague cuando colgas…de todos modos, Llorente mencionó el hecho de que nos viéramos de nuevo, y como no sugirió nada en particular, yo le dije que lo llamaba cuando fuera a la city. Eso hice al día siguiente (sábado), y le pregunte si tenia planes para el domingo, dijo que si, que el domingo era medio complicado, pero que me iba a avisar cuando terminara. No avisó. Nunca más supe nada. Hasta anoche, semanas después, que me contacto en el chat con un elocuente dialogo:
El: what’s up
Yo: not much, enjoying the last day of vacation. How are you?
El: where are you now?
Yo: in Florida
El: You need to move there (aludiendo a otra vez no hace mucho que yo había ido a Florida)
Yo: No, I am not moving here. Just coming often.
El: ☺
Yo: ☺
Y se desconectó minutos después, sin decir chau.
El típico caso de: aparezco para que no te olvides de mi existencia. No quiero nada, no me importas, no me interesa entablar un contacto verdadero, no me interesa si estas bien o mal, solo te digo dos huevadas para recordarte que no te olvides de mi. Actitud masculina que me tiene SOBERANAMENTE (como diría uno de tus hermanos, nGa) PODRIDA!

domingo, 20 de marzo de 2011

Escenas de la vida conyugal (parte I?)

Encuéntrome atrapada entre la memoria del yo cáustico y descreído, y la nGaga actual, decía yo la vez antepasada, a resultas de lo cual me salió un estilo sombrío y hueco la última vez. Pero ésta abandono toda precaución* al viento para contarles un poco de mi última semana, tan rosa, pero tan rosa, que el fondo de este post les va a parecer aguadito.

Del principio de la semana no me acuerdo, lo cual no es raro porque por lo general el lu-ma-mie se pasa con 14 horas de trabajo, y pérdida de memoria subsiguiente. El jueves a las 9:30 pm casi tiro la mac al carajo del susto que me pegué al escuchar unos golpes atrás mío. Me doy vuelta y lo veo con la cara contra el vidrio, la boca bien abierta, y los puños ya apretados contra sendos utensilios de cocina imaginarios. La similitud superficial con el tango Cafetín de BA me inclinó hacia la idea de "Es tarde, tengo haaaame;" agarré mis cosas al vuelo, y su bailecito entre simiesco y pajaril me confirmó mi sapiencia. Hace tiempo que queríamos hacer fried rice con el ananá que compramos maduro hacía 3 semanas, y la receta recomienda preparar el tradicional Thai pineapple fried rice con un arroz algo viejo, por lo menos un día. Como somos personas muy organizadas, el domingo a la noche ya lo habíamos hecho (y consecuentemente olvidado, a decir verdad). Lamentablemente, no fuimos tan precavidos con el resto de los ingredientes, así que nuestro fried rice tenía garbanzos en lugar de arvejas, cebolla comunarda en lugar de echalots, pistachos en lugar de cajú, ciruelas en lugar de pasas de uva, sopa de sobre en lugar de caldo. Pensamos en remplazar el azúcar por miel, como para mantener el espíritu, y fue por poco que lo convencí que una ensalada de avocado y queso rallado no era un equivalente apropiado para la ensalada de mango y coco rallado que proponían como acompañamiento.

La noche del viernes comienza parecido, excepto que esta vez fui yo a buscarlo a las 8 pm, porque no había parado para desayunar, almorzar, o tomar la leche, y además, por alguna razón, tenía un poco de hambre. Le dimos al diente en el resto indio de la vuelta, y caminamos bajo la lluvia unos veinticinco minutos, hasta que yo recordé que él siempre pasea un paraguas en su mochila. Aunque estábamos a 2 cuadras de nuestro destino insistí que lo sacara, y luego aproveché la cercanía y codependencia que nos imponía el paraguas para caminar un poco cruzado, lo cual nunca falla para ofuscarlo. Mientras esperábamos la banda, nos dimos cuenta de que, a casi dos años de haber adoptado a Spot (nuestro perro imaginario), teníamos ideas completamente distintas de cómo es: Para el parisino, Spot no llega a 20 cm de altura; para mí es un poco más grande que un Huski, y por lo tanto, era imposible que - como argüía el novio - se hubiera escondido entre la batería y el bajo. Estábamos de acuerdo, sin embargo, en que tiene tendencia a estar algo mugriento; y evidentemente es el mismo perro que los dos imaginamos, porque cuando tocaron "El blues del gato", y yo hice un paneo con el dedo hacia la salida, los dos supimos que Spot se había ofendido con los jazzeros. No lo vimos a la salida, sin embargo, lo cual no nos sorprendió. Nos montamos en la cola del metro, y jugamos carreras en cada parada (te bajás, y tratás de subirte al vagón más lejano posible antes de que el tren parta de nuevo). Sí, la gente nos mira cuando hacemos cosas así. Creo que cuando hay un solo loco uno se lo perdona. Cuando es una pareja con cara de académicos llama más la atención.

Ayer la mañana pasó linda. Entre las cosas que puedo contar sin sonrojarme, empezamos un capítulo nuevo del libro que estamos leyendo, así que el mediodía nos encontró todavía en la cama, discutiendo acerca de si los cambios en las instituciones alemanas despues de las invasiones de Napoleón eran un experimento natural limpio (como decía el autor) o no. A la tarde fuimos a trabajar a un café, cuestión de evitar ciertas tentaciones en el departamento, y además sentirse menos responsables por el estado general mugrístico del lugar. En el camino de vuelta paramos a tomar una cerveza, y comer unas tapas, y terminamos hablando de los subtipos de científicos (el empresario, el funcionario, el part-timer, y el converso) y sus características. Después volvimos a casa y, a pesar de ser las 9, decidimos darle al laburo un par de horas más, hasta que yo de nuevo quebré, hice pan (horrible) y una tarta (aceptable), y después lo hinché hasta que abandonó también. Vimos una peli japonesa deprimente y violenta, así que después lo obligué a ver mi parte preferida de Howl's moving castle (nótese el ruido que hace el perrito).

Hoy también la mayor parte fue trabajo (e ignorar la mugre, aunque de maneras distintas: en un momento vi el polvo que había en el pasillo, y lo barrí hacia el centro de la cocina, de manera tal de obligarnos, la próxima vez que entráramos, a hacer la hinchazona parte de la palita; cuando volví, la mugre ya no estaba ahí, sino en un rinconcito, donde él la había metido para no deber enfrentarla.) Pero rescato el almuerzo, afuera porque hacía lindo. Anoche soñé que nos casábamos, así que hoy empezamos a planear la boda. Al principio, pensamos hacerla en el Polo Norte, porque Spot quiere ir a visitar su novia, que vive en Groenlandia. Él sugirió que Noemí, una mujer miniatura rusa-ucraniana que conoció él en un aeropuerto, y que, luego de hacerse famosa por su creación de medias dispares de alta costura producidas en masa (de allí la conexión con E, quien por vagancia raramente combina las medias), diseña escafandras para la NASA, podría hacer un vestido que me mantenga calentita a pesar del clima. Parece que Ninnnis el finlandés vendió su submarino, así que tendríamos que arreglar otro medio de transporte. De cualquier forma, el catering lo va a hacer Abel Bellota, mi buen amigo argentino que viene de una familia muy metida en la agricultura (su abuelo plantaba papas, y su padre se casó con una batata, así que ahora Abel tiene acceso libre a toda suerte de vegetales muertos -- parece que en el mundo de las verduras, devenir sopa es un privilegio). Para la música pensamos en los enanos de Papá Noel, que se las arreglan para todos los estilos - jazz manouche, vals, cumbia - todo, claro es, excepto los jingles navideños (pobres, están super-traumados). Ahora el problema es, ¿cómo sacarse de encima al borracho de Papá Noel?? Le conté que algún incauto lo había invitado al casamiento de la hermana de Gladys (una elefanta a quien le encanta chismorrear y que nos llama cada vez que estamos cerca de un zapato, un lapiz, o cualquier otro objeto cuyo largo cubra la distancia entre la oreja y la boca) y que la había manoseado a la mamá de Gladys. Claro, no lo queremos invitar, pero tampoco podemos dejar que se enoje, porque si no después no vamos a tener regalos en Navidad. Y ahí se nos ocurrió una idea buenísima: Lo hacemos el 24 de diciembre, cuando los enanos están libres pero Papá Noel ocupado; en el Polo Sur, donde vamos a tener un día de 22 horas; y que igual está cómodo para la novia de Spot, porque toma la carretera interpolar por el centro de la tierra, y llega en dos patadas, sobre todo el 24, cuando no hay nada de tráfico. Qué bueno que ya tenemos todo resuelto.

* La verdad que me da un poco de vergüenza, bah, una vergüenza triple todo esto. Sobre la una mano, me doy cuenta de que estoy en mi salsa, que objetivamente esta relación anda bien, y que conozco poca gente con quien pueda coordinar en intereses tan bien como está representado en esta entrada. Seriously, ¿quién otro va a ser tan trabajólico, al mismo tiempo que puede pasar un almuerzo entero discutiendo un casamiento imaginario e inventando personajes conmigo, e incluso terminar la discusión con un abrazo fuerte y un "t'es fantastique, je t'adore"? Sobre la otra mano, sospecho que ésta es la "parte I". Está claro que la gráfica (tiempo en el eje x, bienestar conyugal en el y) tiene algunas variaciones, altos y bajos, con un promedio corriente que, en los más afortunados, sube en el primer año, se mantiene estable por un tiempo, y luego, más tarde o más temprano, se precipita a las profundidades del divorcio, del odio, del aburrimiento, del desinterés, o de la costumbre, hasta el punto que uno mira para atrás y no entiende cómo puede haber estado tan enganchado. Y ahora que me asomo desde este nuevo vagón a mis viejos mensajes, veo el cambio, me doy cuenta de mi propia incoherencia, mi auto-ceguera. Ustedes nunca podrían haberse dado cuenta, pero la misma persona que hoy firma esto y que hace 2 años se juraba curada de los hombres anotó en un comentario al segundo post ever published on dingalingliga (registered trademark) "cómo me voy a divertir en París con este hombre", este hombre siendo aquel en quien decía no tener ningún interés whatsoever hace 2.2 años y con el que ahora convive. Así que, sobre la tercera mano, con esta entrada me preparo a que llegue un día en que lea estas mismas palabras y piense, "pero qué pedazo de retardada, ¿cómo yo, yo mismita, pensé que uno podía ser feliz siendo de a dos?" o alguna otra cosa que, con la sabiduría del tiempo, haya podido ver en el ahora y que ahorita se me escapa. En definitiva, el punto número 2 (o b) de la entrada última de Dinga, acerca de las anteojeras enanísticas que nos impiden ver lo evidente.

jueves, 17 de marzo de 2011

todo todo todo se repite repite repite (La remake)

Años atrás ( y me siento vieja de solo decirlo) escribía una entrada que hablaba de cómo todo se repite, claro que, often times, lo que se repite es lo malo. Porque ya sabemos que yo, Dinga, tengo dos cosas en contra: 1) la manada de rinocerontes que meó mi destino, y 2) no prestar atención a los enanitos verdes que me avisan que estoy por meter la gamba.
Y lo que se repite, es una de las cosas que motivó la existencia de este blog, es decir: POR QUE CARAJO REAPARECEN LOS EXes?
Resulta que yo, muy campante, me fui a la ciudad a una (otra) cita. Esta cita venía bien, y tengan paciencia, ya hablaré de eso. Pero ahora quiero contarles justamente, que todo se repite. Habiendo finalizado la cita que duró 3 horas, sushi y buena conversación de por medio (digamos que ese es el preview de la película que les contaré luego), me subí al auto y me puse el cinturón y agarré el teléfono para llamar a mi papa que me estaba esperando. Agarro el teléfono decía, y ahora que tengo un teléfono cheto (no como el que tenia cuando era una estudiante pobre) este no me muestra la imagen del sobrecito de mensaje de texto, sino que me pone el nombre de la persona que me envió un texto. Ahhhh dirán ustedes…y que nombre apareció? El Futbolero J! Cumpliendo la infalible premisa de que, todos vuelven! Las putas, que si no vuelven, te mandan el recado. Este recado decía: Hola, te quería saludar. Espero que esté todo bien. Y entonces cuando consulté con los especialistas, como por ejemplo La China, ella dijo lo siguiente: no le importaba saber como estabas, no le importaba saludar, no quería volver con vos, solo mandaba el mensaje PA JODE! Que claro, la que había dicho semejante frase celebre había sido yo, años atrás, cuando escribía sobre este mismo tema.
No deja de sorprenderme (entre tantas otras cosas) que los hombres tengan tan POCA capacidad para algunas cosas (muchas quizás) y tanto olfato para otras. Es decir, no me escribió cuando la cita con Reno Rodolfo Limón, no me escribió cuando la cita con Llorente, dos citas que fueron desastrosas, me escribió en el memento exacto en el que culminaba una cita buena, en la que la había pasado bien, en la que dije…mira…capaz este pibe vale la pena eh. Luego, corroborando fechas, comprobé que hacia exactamente un mes desde el ultimo intercambio de textos que tuvimos, y exactamente dos meses desde la ultima vez que nos vimos. Entonces, será como dijo La China, que escribía para celebrar el mes de aniversario del abandono. Que noble!
Y ahora, se llamará a silencio hasta que algún día se le ocurra celebrar el aniversario del día en el que me echo flit porque yo sugería que no miráramos 10 horas de futbol por día. Y aun así, me voy a dormir contenta de saber que hay hombres, como el de la cita de hoy, que no están interesados en el futbol, ni en mirarlo, ni en acompañarlo con cerveza y papitas, como dijo El Futbolero J que le gustaba pasar sus domingos. Hay hombres que te entretienen con su charla y que cuando te levantas de la mesa, agarran tu campera y te la sostienen para que te la pongas. Toma mate! Ah, se estarán preguntando si respondí o no al mensaje del futbolero, sí, respondí: Hola, si, todo bien. Espero que esté todo bien con vos. Yo respondí como 2 horas después, pero el inmediatamente (raro, porque eran como la 1.30am y el normalmente está durmiendo a esa hora) me respondió: si, todo ok, gracias. (¿??) te lo dejo pensando… como me decía mi analista.

domingo, 13 de marzo de 2011

La cuestión es: cuándo llega el olvido, o qué es la consciencia?

Me llegó una invitación a un congreso en el cual pienso que Dinga, yo, y muchas otras -- pero sobre todo yo -- podríamos hacer una ponencia para volarle los zoquetes al más descreído. La invitación comenzaba así:

Three ideas are widely agreed upon: (1) that we are reasons responsive beings, (2) that the practice of giving and asking for reasons plays a prominent role in our everyday moral practices, and (3) that there exists some kind of trustworthy relation between our reasons and reason talk and our subsequent actions.
Developments in the Behavioral, Cognitive and Neurosciences (BCN sciences) indicate that much of what we do takes place at an automatic and unaware level, and that the reasons we provide to explain and/or justify ourselves should not be taken as reports of introspected internal states that precede our bodily movements. Also, more generally, it appears that what we do (and do not do) and for what reason is less transparent to ourselves then we might assume.

Dinga hace poco se preguntaba cuándo le iba a llegar el olvido, o porqué el estrujón de panza. Ella piensa, o al menos pensaba (cuando el estrujón venía por el lado de Monsieur Banana), que el estrujamiento quiere decir algo. Yo me ando la mayor parte de la vida con un apretoncito ahí en el ventrículo izquierdo, que se hace más o menos fuerte dependiendo de: (a) cuánto haya trabajado ese día; (b) cuándo fue la última vez que la llamé a mi mamá; (c) si vengo de comerme un kilo de dulceleche mirando tres capítulos de Gilmore Girls al hilo; y muchos otros factores. Hace mucho lo llamaba angustia de vida, desesperanza ante un mundo imperfecto y lleno de sufrimiento; los últimos años lo canalizo como culpa (por mi trabajo, mis ausencias, mi cuerpo); pero en el fondo sospecho que la descripción más apropiada está más cerca de los humores: nGa como una botella zarandeante llena de líquidos multicolores cuya proporción cambia con el tiempo. En otras palabras, sospecho que esas sensaciones no quieren decir mucho; o que son muy significativas, pero imposibles de decriptar (porque las razones que me doy son completamente posthoc); de una forma o la otra, son inútiles.

Pero qué nos pasa, Dinga, que tenemos un tono tan sombrío últimamente? Me voy a pasear a ver si se me va un poco la seriedad.

Blancanieves y el enano lineal

Entonces yo, Dinga, me dije a mi misma…y bueno, si no hay otra, agarra al enano, y decidí jugar a Blancanieves, pero a falta de 7 enanos, que capaz si los poníamos uno arriba del otro, hacían un pibe alto, encontré un enano solo. Este enano no era de los enanitos verdes, era un enano marrón. Marrón su color, y marrón su apellido, justamente: el Enano Brown.
El Enano Brown charlo un poco conmigo en el chat, y me dijo cosas como: que yo era muy hermosa, que no creía que pudiera existir mujer como yo, etc. etc. y dentro de todo (es decir, dentro de todo en la tienda online de saldos y retazos) yo dije, le daremos una chance. El Enano Brown dijo que quería conocerme mejor, pero, como la mayoría de los que he encontrado hasta ahora en la tienda, no procedió a continuar ninguna aproximación que lo condujera hacia “el conocerte mejor”. Entonces sábado a la noche, viendo que estaba online y ante previa autorización de mi amiga la China, le mande un mensaje carnada “espero que estés disfrutando tu fin de semana”. A mi, honestamente en toda honestidad, me importaba un carajo si el enano estaba disfrutando o si se acabada de apretar los dedos con la puerta y lloraba de dolor, me importaba, literalmente, un carajo. Pero le mande ese mensaje como para ver si captaba la onda y mordía la carnada.
Que piensan que pasó? He aquí su respuesta a mi mensaje: Hello Dinga... I am enjoying my weekend. I am just finishing a drink getting ready to call it a night. I hope your weekend is going well too. :-)
Es tan, pero tan tan lineal la mente masculina el pobre enano lineal no captó que mi mensaje era un mensaje abre puertas? Un mensaje carnada? Un mensaje que decía: dale enano, dale nomás que está todo bien, avanzá un cacho. Y así fue, como en el instante mismo en el que decidí jugar a Blancanieves, la realidad me escupió en la cara. Nada más lineal y simple que la mente masculina.

sábado, 5 de marzo de 2011

Cuando llega el olvido?

Me levanté de relativo buen humor, es decir, no tuve sueños angustiantes que me hicieran sobresaltar, por lo tanto, me levante bien, digamos. La lluvia y el CONSTANTE cielo gris de la Atenas americana nunca ayudan, pero bueno, pongamos que ya falta poco para la primavera, y que después de la primavera indefectiblemente vendrá el verano, así que en un par de meses más, quizás…quien te dice, sale el sol. Entonces decía, nublado juega en contra, sueños que no me sobresaltaron juega a favor. Pasé la aspiradora, ya que muy a menudo hago estas tareas cuando estoy todavía en un estado semi-inconsciente, lo cual evita que pueda encontrar excusas y de tal forma terminar no haciéndolo. Al mismo tiempo, mientras hago estas tareas que son mayormente físicas, me voy despertando y para cuando termino, ya más o menos puedo pensar.
Así entonces empezó mi día. Después me calenté en el microonda café que tenía hecho del día anterior, hice dos tostaditas, les puse mermelada de naranja, me senté en el sillón y abrí la computadora, es decir, el Facebook.
Y mientras le pegaba un bocado (seguramente grande, porque mi mamá dice que yo pego bocados grandes, y no pierde oportunidad de recordármelo) a la tostada vi que El Futbolero J había puesto fotos. Se me estrujó un poco la panza y me tuve que tomar un trago de café ya que la tostada de me hizo una pasta en la boca. Se preguntarán ustedes que eran las fotos, quien estaba en ellas, por que se me estrujó la panza… a ver, vamos por partes: 1) las fotos eran de él, de él mismo y solo; 2) no sé porque se me estrujó la panza, y hete aquí (esdeaqui, como diría Silvia –chiste interno para mi amigo Pablo) que por eso mismo estoy escribiendo, por eso mismo me estoy preguntando que carajo me pasa. Más a su favor, (al de ustedes digo, o al de su argumento, que ya más o menos me lo imagino), El Futbolero J, como ya expliqué anteriormente, no es muy agraciado, y fotografía bastante mal el pobre, así que ni eso, ni siquiera decir: ay pero que lindo que era, mira el novio buen mozo que me perdí. No, el novio que perdí era más bien feito, regordete, egoísta, chinchudo, con un pasado de mierda que -aunque él lo negara- influía su presente y su manera de ser y de relacionarse, con un trabajo que evidentemente no le alcanzaba para pagar las cuentas y que lo ponía más y más chinchudo, al punto de TODOS LOS DIAS tener algo negativo para comentar al respecto, un novio que quería mirar 230284 horas de futbol (or any sport, for that matter) y que el día en el que hice algún planteo medio quejoso y sugiriendo que estar juntos implicaba coordinar dos vidas, decidió salir corriendo como rata por tirante. El noviazgo con este novio fue corto, y no tuvo nada de noviazgo, pasamos de la nada al todo en un minuto, como esos autos nuevos que aceleran rapidito. La nada, ya sabemos, es la nada, es estar sola, o estar junta pero maltratada, pero el todo, en este caso, fue un todo un poco raro, fue pasar de la nada, a algo que parecía un matrimonio de 20 años. En mi opinión, un matrimonio de 20 años equivale a algo malo, lo aclaro por las dudas. Equivale, ponele, a mirar tele en el sillón todo el fin de semana en buzo o pijama.
Me quieren explicar entonces por que corno se me estrujó la panza? Por que corno me sigue pasando eso después de mas de 1 mes de no verlo, de no escuchar su voz y de haber recibido algún que otro text message?? Y durante este tiempo, no es que me la pasee llorando, fíjense que lo conocí a Reno Limón, y también conocí a Llorente (esa se las debo, paciencia, no me olvido). Trabajé, charlé con amigos/as, escribí este blog, mantuve la casa más o menos ordenada…es decir no, no me la pasee lamentándome. Y aun así se me estrujó la panza??? Les dije que la historia con El Futbolero J NO tenía tono de blog…no digan que no les advertí.

martes, 1 de marzo de 2011

Un llamado a la solidaridad

Se solicita información sobre el paradero de mi amiga Ng.
Señas particulares: ojitos tristes, lunar en el labio superior, una altura tan considerable que me hace lucir enana como nuestros enanitos verdes en todas las fotos, preciosa cabellera abundante sobre la cual ella despotrica por su mafaldismo, pies para los que cuesta encontrar zapatos, sonrisa de gioconda y una belleza de top model que cualquier Pancho Dotto quisiera tener en sus pasarelas.
Quien la secuestró????????
Mi amiga Ng era cínica, y descreía totalmente en esto de emparejarse, casi me atrevo a decir (y esto basándome en sus propias palabras) que descreía del amor. Y yo, la pobre Dinga, era la helpless romantic que protagonizaba las historias de quinceañera enamorada, es decir, a 20 años después de mis quince. Yo era la que protagonizaba las historias amorosas y Ng las sexisticas. Yo era la que me emocionaba con el video de la pareja de oteritos que dormían la siesta tomados de la mano (btw, como se dice ese animal en español?) Y ahora, me vengo a enterar que Ng no existe mas….quien la secuestró???????
Ng, como decía, se fue a vivir a Paris, la ciudad del amor….y yo quedé en Midwest Americano, será que eso explica todo?

Respuesta al post de Rodolfo el Reno

No sé si se nota, pero el post fue, originalmente, un correo. Acá va la respuesta, con nombres cambiados para proteger la identidad de los involucrados.

Tengo mucho en la cabeza en torno a todo esto que contás y otras cosas
que charlé con una hermana el martes y con otra el miércoles, y aun
otras que pensé ayer cuando hablé con mi cumpa de uni que está
viviendo aca, sobre el sujeto parejil, o, dicho de otra forma, el
dilema que fundó la liga dingalinguense, o, dicho incluso mas claro
por vos, qué CORNO estás haciendo "acá," en el mundo de la cita o la
pareja. Por ahora no voy a hablar de las otras cosas, si no solo de lo
que vos mencionás en este mail.

Sí, lo asumo, sobre la base de extendiente experiencia (y sin pérdida
del enanito que me asegura que todo se va a ir al carajo un día y que
vivo un sueño), empecé a creer en la posibildad de una pareja entre
iguales, por el bien común e individual, que te hace más fuerte y más
vos, y además es divertida. Pero eso no quita ninguna fuerza a mi
creencia de base, fundada sobre mis 29 años de solterìa salpicada de
hombres y una formación científica experimental, que es:

****La idea misma de pareja es equivalente a una ruleta rusa kamikaze,
en la que 4 de los 5 compartimentos del revolver están cargados.****

Bueno, en mi pasado, las probabilidades son algo más desfavorables, 19
de 20, ó 199 de 200 terminás con un agujero de más. Así que me
arrepiento de haber sugerido volver a match, porque yo _sé_ que the
odds are against you.

La cita es como una entrevista de trabajo, me decía yo. En realidad es
mucho peor, porque al menos en una entrevista las relaciones de poder,
quién quiere a quién, están claras. En cambio, en una cita ni siquiera
está claro que uno quiera a otro. Sí, de base uno está probándose al
otro, para ver si le va, y el otro a uno; pero a esta desconfianza, se
le suma que las partes no quieren ser rechazadas, entonces intentan
atraer; y a eso se le suma que cada una de las partes hace en su mente
el cálculo mental que el otro debe estar haciendo. ¡Qué agotador! Who
can 'just be yourself' in that situation? Quizas Claudio-Reno es una
persona piolisima. Bueno, probablemente no, pero al menos aceptable,
como para tomar un cafe o una cerveza. Pero salpicalo de nervios, y
ahora intentá imaginar una vida con él, porque te lo estás probando.
Mezclar los ingredientes, poner en Panera cinco minutos a 40 grados.
Resultado: un café negro y chiquito se vuelve una pesadilla. Para
peor, Renos-Claudios hay a mansalva, mientras que Dingas hay muy
poquitas, quizás una sola. Y entonces no es sólo que la cita es un
garrón porque Claudio no es la espléndida persona que él sabe ser.
Reno se vuelve como uno de esos espejos enfrentados, en los cuales una
se ve repetida al infinito, en una, y otra, y otra cita mal parida.

Ya sé, hasta ahora no hago más que re-describir lo que viviste. Y
todavía no terminé, aguantáte un cacho.

De ahí se va Dinga con un agujero de tristeza en la panza, y recorre,
con ese ánimo, el barrio desde el cual la bala (es decir, el boludo)
que le hizo un agujero en el corazón le manda hoy correos a otras
incautas desde una computadora prestada por Dinga misma. El horror, el
horror.

Está claro que no hay justicia en el mundo cuando ese otro guacho fue
del amor absoluto al silencio y el robo en 3 meses. Y la falta de
justicia no es sólo para vos, si no también para Reno, quien ya se
había imaginado lo bien que te iba a limpiar el auto cuando viniera a
visitarte los domingos. Me lo imagino caminando por otro barrio, por
ejemplo el famoso barrio toba de Columbus que mentás en tu correo, y
pensando en tus largos cabellos sedosos, preguntándose porqué no le
diste una oportunidad, y si quizás fue un malentendido y hay una
chance, y cuánto tiempo espera para mandarte un correo.

¿Vés a lo que voy?

El mundo parejil es un campo minado. Sobre los puchos: "Smoking kills,
Nicotine causes lung cancer." Acá, en los anuncios de quesos: "Evitez
de manger trop sucré, trop salé, trop gras, Mangez au moins 5 fruits
et legumes par jour." Y por qué no en la página de match "Dating
breaks hearts. Dating causes serious hopelessness. Avoid dating on an
empty stomach."

¿Qué hacer?

Para mí, ya sabés, opción número uno, top of the charts, la única
opción que me devuelve el algoritmo que tengo en la cabeza: ser sola.
Lo sé, es impracticable, o irrealista, o feo. Opción número dos, ser
muy selectiva. ¿Para qué salir con Claudio? Me gustó la metáfora de
los espejos enfrentados, pero también tengo otra, acerca de 'probarse'
= trying on. Es como si de base te sentís gorda, y decidís pasarte una
tarde probándote vestidos dos talles más chicos. Deprimente, ¿no?

Pero vos me dirás, ¿cómo voy a saber sin probar? What if he was the
one, and I didn't meet him, and he slipped through my fingers! Quizás
me lo esté inventando, pero el verdadero Dingo no renuncia al primero
contratiempo. Si se escriben y todo va bien, y propone un encuentro, y
vos decís, "Mejor hablemos por teléfono primero," Dingo va a pensar
"Qué güacha, qué se hace" (vos pensarías una cosa así, no?), pero va a
decir "Bueno dale, te llamo ahora".

En retrospectiva, no sé si te pregunté ya, lo de J, ¿no te parece
que pasó muy rápido? ¿Por qué te apuraba tanto este hombre? Dijiste
que no era impulsivo, pero demandarte que estuvieras "all in" después
de 4 semanas (en las cuales se vieron 2 veces) me parece tan exagerado
para el lado positivo, como lo fue su reacción negativa cuando las
papas se tostaron un poquitito.

Entonces, don't be done with this dating crap si no querés volverte
una solterona de alma como la tía Ng, pero hacélo con más cuidado.

Me alegro que la pasaste bien con esta muchacha. ¿Es la que tenía un
bebé? ¿Hablaron de pañales, o estuvo lindo denserio? Por algo se
empieza. Espero que el círculo se siga ampliando. Dinga solita en el
midwest hace triste.

Un abrazo chiquito y fuerte. Viste que hasta puse los acentos y la eñe
para contestarte finalmente como se debe.

La vendida no vuelve, pero viene otra

Como hizo Dinga, mi primer nuevo post es un despertar, un ponerlos al día. Y empieza con una semi-muerte.

¿Se acuerdan de ese espíritu libre y algo desalmado, aquella que daba y quitaba y daba un poco más a quien pasara, descreída de la constancia y el cariño? No existe más, ahora hay otra, que no sólo up and fell in love, un error pasajero. O mismo up and moved in with him, porque -ahora que lo he hecho- casi se justifica en ahorro. Nooo, es peor, mucho peor, me gaguifié, completamente.

Porque como decía Dinga, es comprensible que uno esté de a dos, pero ser de a dos... vamos. Eso es un truco, un producto de Hallmark y las empresas de sales de baño y cremas porque así hacen plata el día de San Valentín. Creer en SER en pareja es, a mi juicio científico, equivalente a convertirse a una de esas religiones en las que donas tu plata a la iglesia. Es una locura. Es ridículo. Es tonto. Y sin embargo, eso es lo que estoy haciendo.

Entonces releía viejos posts y escuchaba la voz de ella, la vendida, yo, y no me reconocía. Y no era la única. Ni siquiera pude convencer a don Google que seguía siendo la misma. Claro, habiendo olvidado el username, password, fecha de nacimiento, pregunta secreta, y al menos uno de los contactos más frecuentes, Sr. Google no podía hacer milagros. Entre creer que yo era una impostora o, como yo argüía, sólo estaba pasando por una crisis de identidad, Mr. G optó por lo primero.

Así que me vi forzada a crear una nueva identidad. Ahí se fueron dos semanas, en las cuales observé, con cuidado, qué había devenido de Ng. No era más la impronunciable, desafiando las reglas del buen gusto y la fonología. Era rrrrra o xxxxxa (como sea que se escriba la r francesa, como una gárgara), porque eso es lo que hago ahora. Lo miro y, a veces literalmente, digo "Ga". Wait, it gets worse. Él me contesta "ga". Y ahí los dos empezamos a decir "ga ga ga". O peor aún, "te adoro" "¿Hasta dónde?" "Hasta el centro de la galaxia" "¿Cuál?" Y eso es cuando no estamos siendo cursis. ¿Ven lo que digo? Un horror.

No podía fingir que era Ng todavía, así que la nueva yo es nGa. Ser en transición, entre la cerrazón velar y la apertura.

Y ahora, a ponerme al día con Dinga, que ha estado de lo más ocupada, vieron.