martes, 15 de febrero de 2011

Al final, eso de la catarsis no era tan cierto Aristoteles! nos engrupiste...

Hace un tiempo, ya bastante, me llamé a silencio y ante los reclamos reiterados de mi co-autora Ng, yo repetía: cuando lo que me ocurre me lastima el corazón, me cuesta narrarlo en tono de blog. Las cosas que me ocurren, son siempre, como parte de una película. He llegado a pensar que mi misión en la Tierra era entretener a mis amig@s, allegados y seguidores de blog con mis irrisorias historias de interacción con hombres (ya que no todas califican como historias de amor). Pero sabrán comprender ustedes, que cuando la historia llega a categoría de amor, y el amor que yo doy es normalmente no retribuido, o es pseudo-retribuido, entonces cuesta…cuesta.

Volver a escribir el blog fue un impulso catapultado por mi cita con Rodolfo, el Reno (Reindeer Limon) de quien hablaré pronto…tengan paciencia. Pero la cita con Reindeer fue catapultada por mi corazón roto. El corazón me lo rompió El Futbolero J. El Futbolero J fue, digamos, mi primera cita, ya que Reindeer fue la segunda. El Futbolero J se convirtió en más que solo una cita, y ahí viene lo del corazón roto. Así, con el corazón todavía agujereado, partí a mi cita con Reindeer, y así con el corazón todavía agujereado, intento escribir el relato de lo que pasó con el Futbolero J, pero cuando intento, me viene el bloqueo de la pagina en blanco, o mejor dicho, me viene el bloqueo de la tristeza todavía muy a flor de piel y entonces vuelvo al problema de no poder relatar en tono de blog, aquello que aun me duele. Porque todas sabemos, el dolor de corazón (y a riesgo de parecer extremadamente cursi) no es lo mismo que el dolor de cabeza o de panza, el dolor de corazón no se va con una aspirina (o un tetralgin en mi caso), se va, normalmente, cuando el Dr. Tiempo proporciona tratamiento. Y entonces me pongo a escribir y dudo, dudo porque todavía duele, dudo porque escribirlo brings it back, dudo porque no sé si incluir detalles o decir, El Futbolero J me rompió el corazón porque yo, Dinga, tonta como siempre, permití que me lo rompiera, y pienso, capaz lo único que tengo que decir es eso. Pero no, también sé que capaz vale la pena contar los detalles. Lo dejo a criterio de ustedes, Ng, y nuestr@s lectores. Y yo que, como tengo por misión en esta Tierra entretenerlos, y como la Chiquita Legrand (tiene una H en algún lado pero no recuerdo donde) me debo a mi publico, les pido que elijan: largo y con detalles o corto y al pié? Escucho pedidos.

2 comentarios:

Marian dijo...

LegHrand, y de Tinayre, por favor no te olvides que ni bien espichó el tipo ella entró a usar su apellido de casada.
Antes que nada, gracias a las co autoras por permitirme compartir sus desventuras. I'm a big fan of yours. Con respecto al planteo de este post, que se ha vuelto interactivo con la audiencia, creo desde mi humilde posición, que la historia merece ser contada con detalle...siempre y cuando el corazón de la autora aguante, tampoco vamos a estar revolviendo mierda (hablando mal y pronto).
Vas a ver que la vida aprieta pero no ahorca, y que todos los caminos conducen a Roma (?).
Salud!

nGa dijo...

Llego tarde a votar, pero segundo a la Marian.

Y segunda vez que me sacás a la Chiqui. ¿Qué es este espejismo Chiqui-Dinga?