sábado, 26 de febrero de 2011

Era Rodolfo, un Reno.

Llegamos, entonces, al climax de online dating, porque estarán ustedes de acuerdo conmigo en que luego del Futbolero J, que quiso ser mi novio en dos días, y dos días después me devolvió con una estampilla en la frente que decía “no quiere mirar fútbol todo el fin de semana, no sirve”, nada puede ser peor. Pero soy yo, Dinga, y en la vida amorosa (?) de Dinga, todo siempre puede ser peor.
Fue así que cuando aun me encontraba shockeada por la noticia, mi amiga Ng me preguntó si iba a volver a aventurarme al online dating, y yo, después de meditarlo un poco, dije…y masi…vamos a ver. Y entonces comencé una interacción con Reno, the Reindeer, Reindeer Limon (ese era, exactamente su nombre, en ingles, claro).
Resulta que Reno, después de unos varios emails, extremadamente acartonados para mi gusto, con un estilo muy OCD, decidió proponer un encuentro, y como Reno se jactaba de ser nativo de Ohio y de conocer muchos buenos lugares, y como también se jactaba de varias muchas otras cosas (como por ejemplo, los intereses mas diversos, a saber: skydiving, paraglading, traveling, iceskating de velocidad, music of all kinds, archaelogy, museums, mechanic stuff such as cars, planes, motos, swimming y probablemente sigue la lista pero no me intereso conocer mas) y que ante cada comentario mío el retrucaba con un: funny that you mention that, I was in the swim team, funny that you mention that, I participated in an archaelogical dig, (aunque muchas veces, mis comentarios no tenían relación alguna con su "funny that you mention...retruque) Reno se afanaba por poner en evidencia aquellos variados intereses de los cuales se jactaba y yo no hacia mas que pensar “que tiene que ver el culo con la sociedad de fomento”. En fin...Reno se jactaba de todas esas cosas, y yo las ponía en una lista mental, una al ladito de otra, juntas con su trabajo: algo de computadoras y redes que por supuesto no entendí, un poco por desinterés y otro poco porque la descripción tenia muchos acrónimos y siglas que yo desconocía y no me preocupe por descifrar. Entonces, decía, yo hacia la lista mental de sus variados intereses, y, to say the least, yo pensaba...hmmmmm variados indeed! Y asi se me iba perfilando, una persona super estructurada con un gran esfuerzo (tan autoimpuesto como mi paciencia) por demostrar y demostrarse lo contrario y to, for a change, think outside the box…poor thing.
Así que Reno decidió que iba a ser mi travel agent, y después subió de categoría y decidió que iba a ser mi tour guide here in the Buckeye state. Entonces se le ocurrió, que para nuestra primera cita podíamos ir a un National Park que queda en nosedonde, a más o menos 2 horas de acá, para ver...no se muy bien que, porque Reno argumentaba que era lindo y tenía un lindo visitor center (sería lindo porque te dan lindos folletos?) y un pequeño museo....Yo sacudí rápidamente mi perplejidad y pensé...si, lindo el parque, el visitor center y el pequeño museo de vaya a saber que, seria tan pero tan lindo visitarlo...pero: en verano, con una persona querida, hacer un picnic en el tan mentado parque, y no tener que aguantar a un desconocido 2 horas en un auto. Entonces, corriendo el riesgo de parecer una conchuda (que total ya lo soy) dije...si, que lindo, pero lo dejamos para cuando haga un poquito más de calor y no este nevando, no te parece? Ah si...dijo Reno, hace sentido. La cosa es que, Reno que ya mostraba más a las claras su OCD, quedo descolocado ante mi negativa y se vio forzado a buscar otra actividad, para nuestra primera cita. Y yo le decía, no te preocupes, podemos hacer cualquier cosa. La organización le llevó unos buenos, 20, quizás 30 minutos, y mi libido caía en picada, y cuando finalmente decidió, después también decidió indicarme donde tenía que estacionar (¡!!).
La idea original de Reno, había sido ir al parque, a las 12 del mediodía del domingo. Habiendo quedado el parque descartado, cruzaba yo mis dedos para que lo atacara un rapto de sentido común y se diera cuenta, que el domingo yo no tenía mucha voluntad de levantarme temprano especialmente para ir a una cita con él, con Reno. Entonces dije...y no te parece mejor a la tarde temprano? Considerando que yo tenía 1 hora y media de viaje. Ah si, bueno, pero al final, cuando ultimó los detalles (que a mi entender ya estaban ultimados) dijo, ah bueno, entonces el domingo a las 12, no? Emmmm mi idea de tarde temprano son as 2, las 3, las 4 ponele, pero sabes que? si dale nomás, encontrémosnos a las 12.
No se si recordarán Ng, querid@s lector@s, el dibujito del gallo Claudio, aquel que decía, pásame la bola, chico.
Y te preguntaras Ng, el porque de la conexión...no, no es una conexión zoológica Reno=Gallo, es que el buen muchacho Reno (como Rodolfo el de la nariz roja) hablaba TAL como el gallo Claudio (que lo puedo imitar, si el blog tuviera sonido). Error gravísimo de mi parte, no haber hablado por teléfono previo al encuentro.
Y así fue. El primer shock fue la llamada que le hice cuando llegaba al encuentro, es decir, al estacionamiento donde Reno me había indicado estacionar. Reno era bajo, o alto como yo, tenia el estilo de no tener estilo: jeans de abuelo, unas zapatillas como de escalar montañas, una remera lisa, un gorro de pitufo y unos guantes de lana muy calentitos y peludos. Reno hablaba como el gallo Claudio, y se entrecortaban sus palabras, interrumpidas por su gran nerviosismo. A Panera (referencia para los que no viven por estos lados: una cafetería) nos dirigimos, porque Reno quería caminar por el campus de OSU, y yo, volví a recordarle, que hacia 2384902390 grados bajo cero y que prefería ir a sentarme en un lugar donde no se me congelara la nariz. Ah si, hace sentido, dijo Reno. Y pedí un café, regular, chiquito, Reno había dicho que era su treat (es decir, que pagaba él), faltaba menos, pensé yo) y nos sentamos. Reno sacudía las manos, de un lado a otro, no frenéticamente pero con un movimiento de incomodidad, como diciendo, tengo estas dos cosas acá y no se que hacer con ellas. Yo, con calma Zen, comencé una charla quien sabe porque y sobre que, mientras me decía a mi misma: no menos de una hora, para no quedar como una irrespetuosa, pero tampoco más. Y pronto me puse a hablar de mi trabajo, y entonces comenté que mi jefa que es tan desorganizada, me había avisado a ultimo momento que tenía que hacer un trabajo para el lunes y que entonces me iba a tener que dedicar a hacer eso, lo mencione, así como al pasar (tan rápido como mi imaginación me permitió inventar la mentira), pero seguí hablando. Seguí y seguí, y me escuchaba mis propias palabras para no escuchar mis pensamientos y por la ventana los enanitos verdes me decían: pero que corno, que CORNO estas haciendo acá?
No permití que Reno metiera bocado, no me intereso escucharlo. No toleré su nerviosismo, ni su inseguridad, ni su sonrisa incomoda, ni su voz de gallo Claudio, ni sus jeans de abuelo, ni su voluntad de demostrarme como había estudiado cada uno de los detalles de mi perfil y de mi facebook.
Y cuando me aburrí de escucharme a mi misma, le dije que me tenia que ir. Reno había intentado llevarme a caminar, otra vez, para mostrarme no se que edificio de la universidad, y yo muy amablemente, me disculpé y dije, la verdad que hace mucho frío y yo no tengo gorro de pitufo ni guantes de lana, así que paso...y la cita terminó, en una esquina, porque Reno no tuvo la amabilidad de acompañarme hasta el estacionamiento (que estaba 1 cuadra más allá), cosa que agradecí, eternamente.
Amargura me produjo, y tristeza. Y me quedé como con un vacío acá, en la boca del estomago (que nunca se muy bien donde se ubica, pero es acá, en algún lugar de la panza) y con la firme idea de "I am absolutely done with this dating shit!" Y lo único que quería hacer era irme a mi casa y llorar, llorar de amargura y tristeza, llorar de vacío acá, en la boca del estomago. Pero no me fui, porque había quedado con la chica de Columbus una potencial amiga que conocí en el verano y que aparece once in a blue moon, y entonces me quedé. Y yo, que tengo siempre los astros tan bien aspectados, le pedí a la chica que me diera la dirección de su casa (ahí es donde habíamos quedado en vernos) para rápidamente conocer que la chica vivía justo al ladito del Futbolero J. Ponele que podría haber vivido en Echesortu, o en Alberdi, en el barrio Toba o en zona sur, es decir, las mas diversas locaciones que bien ofrece una ciudad grande, pero no...porque claro, la manada de rinocerontes que algún día meo mi destino, se hizo notar. Y entonces yo, que ya había recordado a El Futbolero J en el momento en el que Reno demoraba incontables minutos para organizar una salida y que indefectiblemente compare, me vi sumida nuevamente en la mas profunda soledad, sin haber recuperado aun mi corazón roto y tuve que enfrentarme a pasar por su casa, y a revivir, los no tan lejanos recuerdos.
Con la chica la pase bien, charlamos bastante. De Reno me olvidare en pocos minutos (y no digo que ya lo olvidé, justamente porque lo estoy recordando todo para contarlo con fehacientes detalles), de que el corazón me duele por un tonto que me lo estrujo como un trapo rejilla me olvidaré algún día, pero el cansancio y la amargura que todo esto me produce, no sé...eso no se si lo olvido.

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