miércoles, 29 de octubre de 2008

Todo todo todo todo se repite repite repite repite

Así como hacía cuando iba al analista, retomo desde la última palabra. Y sigo también con mis asociaciones. Dijiste bebedero roto y me acorde de los bebederos de la escuela N 103, a la que asistí desde 5to a 7mo grado. Que al lado del baño de nenas, tenía una fila de bebederos, de esos antiguos, que eran como un bidet, pero no para el culo, sino para la boca, y que claro, siempre estaban rotos, y entonces vos apretabas el palito y el chorro salía para cualquier lado y seguramente te ensartaba un ojo. Y el ojo, gracias a Dios (mi dios que siempre me ampara) el ojo decía, nunca tiene sed. El recuerdo de los bebederos rotos de la escuela 103 me trae también el recuerdo de haber sido “la nueva” y de cómo, no tengo muy en claro si por el título de nueva o por mi inherente belleza, los nenes del grado se alborotaron con mi llegada. Y atrás mió se sentaba uno, del cual no debelaré el nombre porque ahora es famoso (de verdad) que estaba enamorado, de mí justamente, fijate vos. Y yo, no hacía otra cosa que jugar “hard to get” porque lo cierto es que a mí, no me gustaba el este que se sentaba atrás mío, que luego devendría en celebridad. A mí me gustaba uno de mi edificio, que a juzgar por los acontecimientos, nunca se enteró, ni de que yo existía, ni mucho menos de mi inconfeso amor hacia el.
Ayyy si Dinga, dirás vos Ng, dirán los lectores, a donde queres llegar con esta historia tan tierna. Porque acá, lejos estamos de contar historias tiernas, de patios escolares y compañeros de banco. Noooo, ya lo sé, tranquila Ng, tranquilos todos. No tengo intenciones de arrojar pureza de guardapolvo blanco en este blog, no no. Es que todo esto me hizo llegar a la conclusión, bueno, en realidad ya lo sabemos, de que siempre queremos lo que no podemos tener. Y me pregunto, que sería de mi vida hoy si le hubiera dado bola al que desde el banco de atrás me decía que yo inventaba excusas y que en realidad el pibe que yo decía que me gustaba, no existía.
Ey, wait a second, hold up! Se me acaba de ocurrir que por un lado, si le hubiera dado bola, capaz hoy podría haber sido la esposa de una celebridad, que sonriendo ante las cámaras hubiera dicho: ay si, nos conocimos en quinto grado. Aunque quizás, muy sabio era este muchachito, que un día me dijo, ese que vos decís que te gusta, no existe. Y quien te dice….capaz tenia razón.

3 comentarios:

Ng dijo...

Hmm... y yo, apropiándome de las armas que siempre me usás (la asociación libre y la muerte de mí como autriz), me voy a estancar en esta frase, tan profunda, de tu enamorado acerca de tu enamorante. Este tipo que te gusta no existe. Siempre es un poco así, ¿no?, especialmente cuando uno se desenamora. Ahí uno se da cuenta de que ese tipo que te gustaba no existía como tal. Por ahí era un rejunte de rasgos positivos que el tipo en serio tenía pero que estaban arruinados por los tantos rasgos negativos. O, las mejores veces (y más numerosas en mi experiencia de soñadora de hombres), ni siquiera existían en este objeto de las pasiones, sino que eran puras proyecciones de los que uno quería ver. Pero entonces, ¿por qué me parece que el tipo que me gusta no existe, pero el tipo que ya no me gusta más, o que directamente me disgusta, anda vivito y culeando? Te la dejo ahí, para que libreasocies y muerteautorees.

Mariana dijo...

please, please, contá quién es!

Dinga dijo...

Jaja no puedo no puedo. En realidad exageraba un poco, no es una celebridad de jolibu. Es un deportista, que como a veces, segun dice mi mama, sale en los diarios y todo, dije no, mejor no. Se quedan con la intriga.